«Sólo no oye, o en su caso oye mal, aquel que permanentemente se escucha a sí mismo, aquel cuyo oído está, por así decir, tan lleno de aliento que constantemente se infunde a sí mismo al seguir sus impulsos e intereses, que no es capaz de oír al otro.»
– Hans-George Gadamer.
El Desarrollo Sostenible es un modelo que aspira no sólo darle importancia al crecimiento económico, sino también a la inclusión social y al cuidado y regeneración del medio ambiente. La tarea de transitar hacia este modelo, no es tarea de los gobiernos, ni de las comunidades, ni de los ciudadanos, ni de las organizaciones de la sociedad civil (ONG´s), ni de las empresas, ni tampoco de la academia, es tarea de todos, es una obligación que compete a todos estos sectores.
Uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que comprende la Agenda 2030, es el ODS 17: Alianzas para lograr los Objetivos, que nos indica que es precisamente mediante las alianzas entre todos los sectores, como se podrá avanzar adecuadamente en el cumplimiento de las metas que los ODS previenen.
Ahora bien, para poder establecer una alianza, considerada esta como un pacto o convenio, es decir, un acuerdo de voluntades entre dos o más partes, es requisito indispensable hacer uso del diálogo entre las partes para que éstas puedan manifestar sus pretensiones a las otras partes (para no referirse a ellas como contrapartes sino más bien como co-partes), así como para conocer las pretensiones de estas úlitmas.
Sin embargo, globalmente nos enfrentamos a una crisis conversacional que se refleja en una incapacidad para establecer un diálogo que permita a los individuos y a las organizaciones abrirse hacia los demás de manera recíproca para que se establezcan de manera adecuada los canales de una comunicación efectiva.
Para poder revertir la incapacidad para dialogar, es indispensable saber escuchar. Si dejamos de lado la escucha, no podremos conocer las opiniones, necesidades y pretensiones de las partes involucradas, y cómo señala Leibnitz, el universo es un conjunto de espejos en los que cada individuo se expresa a su manera.
Una vez que se establezcan los presupuestos necesarios para llevar a cabo un diálogo efectivo, y las partes se escuchen recíprocamente para entenderse, deberán además realizar una serie concesiones recipcrocas para buscar la soluciones que impliquen beneficios para todas las partes involucradas, privilegiando soluciones de tipo “ganar-ganar” y siempre en búsqueda de preservar el bien común.
En el Desarrollo Sostenible, el bien común toma una importancia fundamental, pues para lograrlo, no se pueden anteponer intereses particulares que lo vulneren, ya sea en comunidades locales, regiones, naciones y a nivel global, como ha sucedido hasta ahora, y que como consecuencia nos ha llevado a enfrentar graves problemas y crisis de índole social y medioambiental que ponen en verdadero peligro no sólo a las generaciones futuras, sino que ya son una amenza a las presentes generaciones.
Y es en este marco en donde el diálogo deberá de fungir como el puente necesario para poder conciliar los intereses privados con el interés público y el bien común para crear un equilibrio funcional, útil y sostenible, en el cual la humanidad pueda desarrollarse sin compremeterse a sí misma ni a su entorno, un equilibrio en donde se garanticen libertades que permitan incentivar el desarrollo, el progreso y la tecnología, pero con un sistema de contrapesos y restricciones adecuadas. Este equilibrio sólo se podrá lograr mediante la creación de instituciones políticas y económicas inclusivas que actuén bajo el marco de un Desarrollo Sostenible, que funcionen con elementos que permitan la transparencia y la buena gobernanza.
Para lograr lo anterior, en este diálogo, la humanidad también deberá necesariamente replantearse la idea del significado del progreso y del desarrollo, cuestionarse si la visión utilitarista y materialista que propone una producción creciente e ilimitada de bienes y servicios y un paradigma que centra el éxito individual y colectivo en la acumulación de bienes y riqueza permite al ser humano encontrar su excelencia como tal, o lo restringe.
La humanidad ya no puede sostenerse sobre estos cimientos, debe dialogar para encontrar una nueva modernidad (“pos-pos modernidad” o tal vez “modernidad sostenible”) que debe abandonar la idea (hoy primitiva) de que el hombre moderno es aquel que trabaja sus capacidades y las pone a su servicio para someter y transformar el mundo a lo que necesita, una modernidad que sea menos soberbia, menos ingenua y con la sabiduría y humildadd necesaria para reconcoer que el hombre es parte (una mínuscula parte) de un sistema más grande (universo y naturaleza), que ha exisitido mucho antes que la llegada del ser humano a el, y que funciona y seguirá funcionado incluso aún después de que el ser humano llegue a extinguirse (por selección natural o autodestrucción), un sistema basado en una serie a su vez de sistemas infiniftos que subsisten, colaboran y se complementan en perfecto y delicado equilibrio.
El resultado de este diálgo deberá ser la nueva concepción hombre moderno que tenga plena consciencia de lo anterior, y asimile que el nuevo paradigma del desarrollo y progreso de la humanidad no es poner todas sus capacidades al servicio de transformar y adaptar el mundo al hombre, sino precisamente, en sentido contrario, la concepción del hombre moderno deberá ser la de aquél que pone todas sus capacidades al servicio de transformarse a sí mismo para adaptarse al mundo, al sistema natural y al universo al que pertenece, un hombre moderno cuya excelencia no puede ni debe centrarse en un afán de lograr la mayor acumulación posible de bienes y riquezas, alimentado a su vez por una falta de conciencia y solidaridad no sólo con los demás individuos de su especie sino con la totalidad de los demás seres vivos con los que cohabita en este planeta.
Pedro Reyes
Felicidades Pedro, tocas puntos muy importantes que ojala las autoridades apoyen
#Q500
Muchas gracias José Antonio, nos da gusto que te haya gustado el artículo. Ojalá que se pueda establecer un diálogo efectivo con las autoridades municipales y estatales en Querétaro para retomar todo el valioso trabajo del Q500. Saludos.